Tengo tres hijos, Sofía de 18, Luciana de 4
y Luis Antonio de 1 año y medio .... cómo es ser madre de tres? Caótico ....
pensaban que iba a responder hermoso, es lo más lindo que me ha pasado, etc,
etc, etc, no, en esta ocasión diré que también hay otro lado y es muy cierto ..
caótico, esa palabra da miedo, porque te
transmite caos, confusión, desorden , pero es real .
Imaginen los requerimientos de una adolescente
ya mayor de edad, estudios, clases extra
curriculares, fiestas, compromisos, novio .... mientras ella me pregunta si le
combina la ropa para salir al cine con su novio, llega Luciana ( de
personalidad insistente, intensa, que no se contenta fácil, que lo pregunta
todo y casi nada la satisface porque siempre quiere saber el porque de todo) y
me pide que la escuche, que juegue con ella, me pide que le compre la muñeca de
algún anuncio de tv, entonces yo ordeno las ideas en mi mente y voy
respondiendo poco a poco tratando de
complacer a las dos, hasta que las interrupciones no cesan y para completar el
momento llega Luis Antonio, el bebé de la casa ( que no habla aún y tiene un
apego especial por mamá) pega un llanto mientras me agarra las piernas y me
pide que lo levante! Yo respiro, lo levanto, lo abrazo y besuqueo, y enseguida
escucho otra vez a todas hablándome al mismo tiempo, preguntas, llantos,
gritos.
En algún momento leí un articulo que decía que
el estrés que genera un hijo en los padres ocupa el lugar más alto de acuerdo a
un estudio e investigaciones, incluso más alto que el estrés laboral, creo que
ese estudio es muy cierto multipliquen ese estrés por 3, y si fuera así, cómo
logro seguir viva? O más bien, soy una sobreviviente? Lo bueno es que no soy la
única, cuando converso entre amigas muchas se identifican conmigo, por ejemplo,
las reuniones entre amigas nos liberan y aportan en reducir ese estrés
cotidiano, sabemos que necesitamos darnos esas escapadas, y antes de vernos, alguien
empieza a inquietar en el chat, ¡Hola
chicas! ¡ya toca una salida! ¿cuándo nos vemos?, y la pregunta que no falta y
casi inmediata es ¿con niños o sin niños? y al unísono en nuestras mentes todas
respondemos ¡sin niños! pero ya dependiendo la ocasión pensamos en tomar la
mejor decisión, no porque no los
queremos, tampoco por que no sean lo más importante, imaginen son nuestros
hijos! Es porque a veces y por nuestro bienestar necesitamos un momento de
reencuentro personal y compartir incluso nuestras experiencias con más mujeres
que sientan lo que nosotros sentimos.
¿Cómo lo hago? Bueno, siempre digo que si
no tuviera ayuda no podría con mi vida ni con la de mis hijos pero sé también
que siempre se puede, hay días que entre
el trabajo, llevar a mis hijas a sus clases extras, hacer trámites,
grabaciones, estar en casa, solucionar todo lo que ocurre en el día desde ¿Qué hacemos de almuerzo hoy? ¿Qué hay
para cenar? ¡Debo hacer compras! ¡Mañana tengo cita con el pediatra! Clases de pilates
(a las que muchas veces no puedo ir), bañar a los niños, ¡El perro se rompió la
uña! hay que llevarlo al veterinario, ¡Mami! Necesito que me compres una pluma
roja y un cuaderno, (a las 9 de la noche), el cumpleaños de mi amiga al que no
puedo faltar, los problemas que no faltan y hay que resolver, ¡se acabo el gas!,
¡hay que comprar!; reunión de padres de familia, etc. Así son mis días, unos más intensos que
otros, y transcurren tan rápido que me faltan horas, quisiera tener el poder de
multiplicarme, de hacerme invisible o incluso de paralizar el tiempo y a todos
con él y así lograr sentarme un momento simplemente para dormir, comer o bañarme ……
Entre tantas cosas que hago día a día
pienso que soy afortunada en serio, afortunada de poder sentir la vida con
tantos colores, días grises, otros amarillos,
otros hermosamente fucsias, algunos negros y cuando hay días matizados con
todos estos colores, créanme que es fantástico, entonces podría concluir que
como madre de 3, mis días son caóticamente felices …….
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